Creo que como casi todo el mundo tengo dos clases de mecanismos de defensa, los físicos y los psicologicos. Los físicos me funcionan perfectamente de forma que ante cualquier dolor de intensidad relativamente fuerte mi mente parece que desconecta, que no quiere soportar más de lo necesario y enseguida pierde el conocimiento. Y hasta el momento mi defensa ante el daño psicológico era la huida, el dejar lo doloroso atrás, abandonar el camino saliendome por el lateral y sin mirar atrás. Siempre he tenido tendencia a no encariñarme, a no tener apego a nada, a no implicarme, de tal manera que a la hora de marchar, de abandonar me duela menos.
Siempre había pensado que mis heridas estaban curadas y ultimamente me estoy dando cuenta de que tengo más cicatrices de las que pensaba y que algunas tienen aún tendencia a sangrar. Agggggg.
Curioso. Que el tiempo tenga la extraña capacidad de abrir las heridas que él mismo cierra.
Escrito por Trippy a las 21 de Octubre 2004 a las 01:54 AM