Y por más que me digo mil veces, que debo seguir y vivir.
Y por más que reniego tu nombre, no puedo librarme de ti.
Por que estás en las canciones,
en las costuras de mi cuerpo,
en los colores.
En otros labios y otros besos,
en poemas que me recuerdan que no estas,
en los silencios que de noche gritan en mi soledad.
En las mañanas, siempre desnudas de tu olor.
En las ventanas, cerradas a este corazón.
En estas alas que ya no vuelan hacia el sur,
detrás de todo.
Detrás no hay nada más que tú.
Detrás de todo no queda nada,
solo tú.