No me dejes sola por favor,
no de repente, no así.
"Si tu no estás aqui me sobra el aire, si tu no estás aqui la gente se hace nadie" cantaba Roxana,y cuánto sentido tienen ahora sus palabras.
Y es que no consigo ilusionarme,no existe absolutamente nada ni nadie ahora mismo que consiga que te quite un segundo de mi mente.
Y tu no me ayudas , no me explicas cómo lo haces. ¿Hacia donde dirijo mis pensamientos?Orientame un poco, dame alguna pista, que sólo quiero que se me vaya esta angustia, que esa voz, especie de eco que existe en mi cabeza deje de gritar tu nombre un rato, o que lo haga más bajito.
Dicen que quien bien te quiere te juzga bien.
Quiza sería más acertado; Quien te quiere bien no te juzga.
Hay momentos en los que la inseguridad me invade, las dudas me asaltan,
mi autoestima cae por los suelos y no puedo dejar de preguntarme, ¿será verdad que yo no valgo?, ¿ será cierto que los demás saben hacer las cosas mejor que yo?, ¿Por qué me inquietan tanto las miradas métricas?, ¿ Por qué fracaso siempre que me siento observada si cuando estoy sola, cuando creo que nadie me ve o me escucha puedo ser tan exitosa?
¿Por qué será que me quiero tan poco que incluso en esos momentos de relativa euforia doy credibilidad a aquel que me dijo que el secreto de mi exito era ser "so nice and so pretty?
Soy huidiza,tengo tendencia a marcharme, a esconderme a dejar atrás todo aquello que no puedo controlar. No huyo de nada que me involucre mí sola,sino de las situaciones que involucran a voluntades ajenas. Temo el descontrol, me ahoga, no me deja respirar. A veces considero que tiene demasiado poder sobre mi, que soy una pequeña marioneta, que son sus dedos los que mueven mis hilos y me asusto, tiemblo y siento pánico.Y me gustaría encontrar alguna palabra que expresara bien mis sentimientos, pero no la encuentro porque estoy confusa, porque estoy triste, porque no entiendo nada, porque estoy cansada de tanto llorar por dentro y reir por fuera.
Y creo que la palabra que necesito es ADIOS pero es dificil, sobre todo porque no lo quiero/puedo decir.
Esta vez aunque me duela mucho no voy a huir.
El viernes me enfadé porque no se despidió.
El sabado llore cuando no respondió mi sms.
Y el domingo bajé bien la persiana para que cuando saliera el sol
no entrara ni un rayo de luz,
para que nada me despertara de la cama,
y pudiera seguir soñando con él.
Echo en falta esas mariposas en mi estomago cada vez que suena el dichoso móvil, y es que no soporto el saber que no espero ninguna llamada importante, que ninguna me hará sonreír tanto como las tuyas. Ya no corro cada vez que suena, ahora me da lo mismo si pierdo la llamada, y pensar en ello, en que ya no piensas tanto en mi, me entristece.